Las Escrituras, comúnmente conocida como la “Biblia”, es el libro más antiguo, más vendido y más controversial que existe hoy en día y que ha trascendido décadas y siglos a lo largo de la historia.
Contiene en su interior escritos de diversos autores que se escribieron en distintas épocas, lugares y circunstancias.
Su expansión dada a los hechos de la reforma de Martin Lutero y la Impresión de las biblias en serie por Johannes Gutenberg en el siglo XVI, dio inicio a un avivamiento bíblico impresionante.
En respuesta a esto, la iglesia católica convoca a un concilio en Trento para contrarrestar tal reforma dada que muchas personas que no tenían acceso a la biblia, pudieron por primera vez tener una y así iniciar su propio estudio de ella (recuerden que antes de la reforma de Lutero, solo unos pocos que eran parte de la élite católica tenían acceso a ella, pero aun así las palabras que trascendían eran los escritos papales).
Definitivamente Dios había traído una reforma (cambios, modificaciones) radical (raíz) a fin de que las personas volviesen a Las Escrituras. Hablamos de un avivamiento en donde comenzó a crecer la sed y el hambre por su palabra (voz), pero sobre todas las cosas por LA VERDAD, ya que muchas de las mentiras que enseñaban los sacerdotes y monjes católicos para manipular al pueblo y controlarlo estaban siendo expuestas.
Ahora bien, las personas comenzaron a estudiar la biblia conforme a las enseñanzas de Lutero como base, pero aunque había una base, un fundamento que por cierto fue un fundamento correcto (La persona de Cristo, la piedra del ángulo, la roca), ya que Lutero había sido alumbrado e iluminado por Dios a través del espíritu de la profecía/espíritu de Cristo corriéndose un velo al recibir testimonio del verdadero Cristo (Apoc 19:10), él no recibió toda la iluminación escritural, porque fue usado por Dios solamente para poner otra vez el fundamento correcto. Y ahora en adelante varias personas iban a edificar encima de ese fundamento (sobreedificar) (1 Corin 3:10).
Martín Lutero se encontró siendo inspirado directamente por el mismo autor original (espíritu de la profecía/espíritu de Cristo) de Las Escrituras, eso provocó una gran confrontación interna con una fuerza tan descomunal, que derrumbó y desarraigó por completo años, años y años de enseñanzas, doctrinas, rituales, tradiciones, costumbres y mandamientos de hombres.